¿Es efectivo tratar el bruxismo con bótox?

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Empecemos aclarando que la palabra Botox es el nombre comercial de la primera marca de origen americano que llegó a nuestro país, por lo que la forma correcta de referirse a este medicamento es toxina botulínica.

El uso de toxina botulínica en odontología es hoy en día bastante aceptado para tratar diversas condiciones, entre las  que destaca el bruxismo. ¿Pero realmente es efectivo? ¿Hay casos y estudios que respaldan la aplicación de éste versátil medicamento  para emplearlo en odontología? La respuesta a ambas preguntas es un rotundo sí.

Si deseas conocer algunos de los casos que corroborarán nuestra afirmación, continúa con esta lectura. Cabe mencionar que la información que suministraremos es genérica e introductoria, aunque puedes ahondar en el tema inscribiéndote en el curso de toxina botulínica en odontología que el CEEI pone a tu alcance, en el cual conocerás todos los fundamentos, presentaciones, diluciones, distribuciones, dosis y sitios de aplicación facial de toxina botulínica en odontología ,con el objetivo de que las implementes y puedas contar con otra opción que te permita complementar algunos de los tratamientos odontológicos convencionales.

Sobre el uso de toxina botulínica en la odontología

Antes de abordar el tema principal, hablemos un poco sobre el uso de la toxina botulínica en odontología, la cual ha demostrado ser de mucha utilidad para complementar el tratamiento convencional de diversos padecimientos del aparato estomatognático.

La toxina botulínica ha demostrado ser un gran auxiliar en especialidades odontológicas como ortodoncia, cirugía maxilofacial, patología bucal, rehabilitación e implantología dental, para la atención de patologías como las distonías oromandibulares, espasmo hemifacial, hipertrofia maseterina, parafunciones peribucales, problemas de la articulación temporomandibular, bruxismo, luxaciones mandibulares y neuralgia del trigémino.

Lo mencionado hasta aquí se relaciona con la terapéutica odontológica, aunque también la toxina botulínica es una sustancia sumamente valorada por los profesionales en odontología  para mejorar y resaltar la belleza facial de los pacientes a través del diseño de la sonrisa que puede mejorar con este medicamento.

 Algunos de los músculos que con mayor frecuencia son tratados  con toxina botulínica por el odontólogo son los maseteros, temporales, orbicular de los labios, depresores de las comisuras y mentoniano.

 Con todo lo dicho puede entenderse por qué son cada vez más los odontólogos que desean aprender sobre los tratamientos basados en  toxina botulínica y protocolos con técnicas de aplicación,  dentro  del CEEI.

Ahora bien, en relación al bruxismo, se sabe que gran número de pacientes odontológicos lo padecen, siendo en ocasiones insuficiente para mejorarlo, el tratamiento odontológico convencional que cada paciente requiere. entre las dificultades del aparato estomatognático que más se tratan con el bótox se encuentran el bruxismo. Existen muchos casos e investigaciones que corroboran la efectividad de los tratamientos basados en esta sustancia para tal condición, lo que ha provocado que tanto la popularidad como demanda de estos no deje de crecer. Veamos a continuación algunos ejemplos que sin duda les resultarán interesantes si desean capacitarse en nuestros cursos de toxina botulínica en odontología para profesionales principiantes o avanzados.

Uso para el bruxismo

Antes de abordar los casos expliquemos en qué consiste el bruxismo. Se trata de una patología de origen multifactorial, es decir un problema en cuya aparición están involucrados factores variados como psicológicos, oclusales, neurológicos, tensionales, entre otros. Quienes padecen esta dificultad suelen ser divididos en 2 grupos:

  • Los de frotamiento. . Estos friccionan sus piezas dentales produciendo de forma alterna contracciones y relajaciones musculares.
  • Los de apretamiento. Por otro lado, este grupo de pacientes presenta contracciones isotónicas de los músculos en una posición oclusal específica.

Cabe mencionar que algunos especialistas también dividen a las personas con bruxismo según el momento que se presenten los síntomas ya sea de día o de noche.

Ahora bien, los tratamientos para atender esta condición varían en función del factor etiológico identificado: por ejemplo, se pueden realizar correcciones si hay falta de armonía oclusal, también es posible suministrar analgésicos cuando existe hiperactividad muscular, estabilizar la zona con una placa o aplicar terapias físicas en las que se intercalen calor y frío. Estos métodos han mostrado hasta ahora ser de mucha utilidad, sin embargo, el uso de bótox comienza a ocupar una posición privilegiada entre los tratamientos para el bruxismo debido a sus niveles de efectividad.

Se ha reportado el uso de la toxina botulínica para atender desordenes de la articulación temporomandibular con lo que se han conseguido notables mejorías en cuanto a síntomas. Son diversos los especialistas que han realizado reportes del uso de la toxina en pacientes con bruxismo entre los que destacan los siguientes tres casos:

  • Jankovich y Tan recurrieron a la toxina botulínica tipo A en 18 personas con síntomas severos de bruxismo que no consiguieron buenos resultados con otros tratamientos. Tras la investigación se concluyó que el bótox era verdaderamente efectivo y seguro en pacientes con bruxismo de gravedad, sobre todo en quienes presentaban desórdenes motrices.
  • Pidcok y otros profesionales realizaron una investigación con toxina botulínica en la que el paciente fue un pequeño de siete años quien presentaba bruxismo severo y había sufrido un incremento agudo de la presión interna del cráneo. De esta investigación se concluyó que el bótox A era un excelente aliado para ese tipo de condiciones.
  • Un estudio dirigido por Niamtu arrojó resultados positivos sobre el uso del bótox para tratar el bruxismo y condiciones relacionadas como el complejo maxilofacial. También demostró que en muchos pacientes con desordenes temporomandibulares se logró una mejoría de hasta el 80% en los síntomas entre los que destacan los que distingue al bruxismo.
  • Fross recurrió al uso del bótox en 18 pacientes que presentaban mialgias masticatorias y síntomas crónicos de bruxismo; este descubrió que era posible reducir de forma significativa las mialgias masticatorias tras la aplicación de la toxina.

Estos y muchos otros casos reportados que hoy forman de la literatura odontológica muestran la excelencia de la toxina botulínica tipo A en pacientes con bruxismo. Se sabe que actualmente la aplicación del bótox es uno de los tratamientos conservadores más seguros y efectivos para tal condición, sin embargo, son pocos los odontólogos en nuestro país que integran el uso de la toxina en sus servicios debido a que no son capacitados en la universidad para ello. Por fortuna es posible conocer sobre ella y los métodos de aplicación con ayuda de centros de educación continua como CEEI.

¡Contáctenos!

Si son profesionales odontólogos y están interesados en aprender sobre las técnicas de aplicación de la toxina botulínica para tratar el bruxismo o si desean inscribirse a nuestro diplomado de medicina estética contáctennos marcando a los números (55) 5662 4070 y (55) 5661 0978 o si lo prefieren envíennos un mensaje al correo electrónico que encontrarán en la sección de contacto de nuestro sitio web. Les garantizamos servicios de educación continua de la más alta calidad y bajo la supervisión de docentes con amplia experiencia.

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